La poesía es errante, no tiene casa. La soberana idiotez es un poemario que ama una estrella pero le habla al hueco de las cosas. Se pregunta sobre el merecimiento: ¿por qué en una punta del universo un pez se alimenta de excrementos y en la otra punta una ola congelada que llega desde la orilla se deshace en cristales?
El infinito es un peso terrible y por eso, cualquier cosa que se parezca a la idiotez soberana, es el origen de una pregunta que cuestiona ese peso: A artificio, artificio y medio, dice la poeta. Carolina Musa escribe una obra cuya soberanía está en la voz prosaica y segura que desordena, ordena, pone a pesar y quizás iguala la mugre y la belleza de este mundo.
Analía Giordanino